INSTINTOS


                                                                       foto enlazada

Debéis saber que soy el dibujo de una salamandra pero que no soy una pintura cualquiera. Os aclaro que estoy dibujada sobre la blanca piedra y que fui pensada para decorar este cuarto que en ocasiones pareciera más un ligero bosquejo que el lugar donde alguien debiera reposar todas las noches. También es verdad que de vez en cuando lloro, y lo hago porque la ausencia de mi amo me duele sobremanera. Pero hoy no voy a hablaros de él; por el contrario, os contaré un poco más de las verdades de su espacio. Mi morada.
Antes de empezar os pido disculpas por no presentarme correctamente; como habéis escuchado soy la salamandra y seré lo primero que veréis cuando abráis esa puerta. Soy negra como la noche, pero de mi piel grandes manchas amarillas se desprenden como los rayos de luz que a medio día iluminan vuestras cabezas; así que si me veis tened cuidado: mis colores advierten que el veneno se agita por mis venas. Estoy pintada sobre una gran circunferencia color marrón que quizá no signifique demasiado, más creo fue sólo el capricho de mi amo lo que le impulsó a plasmarlo. Convencida estoy también que al notar la soledad de mi entorno quiso enriquecerlo, y acertadamente dispuso burbujas de jabón a mí alrededor, (digo de jabón porque así me gusta imaginarlas) y para hacerlas más llamativas y especiales, sobre cada una de ellas colocó las fotos de sus mujerzuelas amadas, sospecho ahora para que yo, al verlas, no vaya a envenenarlas.
Aclaro que no soy la única extrañeza de este recinto ni su peculiaridad más preciada. Es cierto que soy la que goza de mayor excelsitud por mi belleza y tamaño, pero las distracciones abundan en este cuarto y ocasionalmente soy desplazada de sus más recónditos pensamientos, claro, eso y cuando la fortuna lo trae de regreso. A mi izquierda se encuentra ubicado su escritorio, pulcro y alineado, uno de esos antiguos escritorios de cajones grandes y robusta madera que recuerdan hermosos robles, y a decir verdad, siento constantes celos cuando pasa horas allí sentado. De igual forma sucede cuando me da su espalda y se concentra en ese extraño aparato que pareciera invocado desde el mismísimo infierno: atraído por la tentación y el vicio se postra al borde de la cama y la realidad se difumina de sus ojos con esas imágenes que transcurren pálidamente. Entonces, eso que llaman realidad virtual lo absorbe por completo y muy rara vez se voltea para recordar mi belleza y degustar su creación.
Pero aquellas cosas, vanas y materiales no son lo que más me hincha de rabia, puesto que aquellos fútiles instrumentos jamás podrían enorgullecerlo tanto como yo. Es por el contrario un pequeño muñeco de trapo que alguna perendeca le regaló en uno de sus constantes viajes lo que realmente logra desquiciarme, y aunque él arguya entre sus allegados que sólo lo conserva como un aislado recuerdo, soy yo la que realmente sabe qué tan hondo cala esa cosa dentro de su alma. Es en las noches, cuando se recuesta bajo mi regazo, cansado y consumido por la tenacidad del día, que se queda largas horas admirándolo, e hipnotizado por el color sucio y desteñido de aquella infame baratija, un color insípido que en nada se compara con la majestuosidad de mis líneas, que puedo notar cómo se pierde dentro de sus pensamientos. Entonces, la pregunta de repente retumba con fuerza dentro de esta habitación:
¿Qué tan lejos sueña mi amo?
Conocéis ahora un poco más el lugar donde habito, el resto no es más que madera muerta y piedra caliza, aunque de esto saco ventajas, sobre todo cuando escucho crujir la madera bajo el peso de un cuerpo que se aproxima. Así, sutilmente, puedo volver mis ojos a su posición original y dejar de contemplar los insectos que seductoramente revolotean alrededor de la bombilla, o de aquellos que tercamente insisten en chocar contra la transparencia de la ventana. Conocéis también un poco de mí y de las preferencias de mi amo, pero lo que no os confesé y de lo cual espero guardéis el secreto, sin razón de que lo comprendáis, es que a veces, cuando pasa largas horas contemplando aquella inmundicia entre sus manos, en contra de la fidelidad y el respeto, me nacen sinceros deseos de envenenarlo.

12 comentarios:

  1. Tiene un tono clásico que se siente exquisito.

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  2. sin su ayuda, no hubiera sido posible

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    1. no lo hago, porque usted usted fue el que me impulso a publicarlo

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    2. Pero usted lo imaginó y luego lo escribió, que es lo que importa

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  3. :) cuando llegué al final, lo primero que me salio fue una sonrisa jaja! Me traiciona mi maquiavelico inconsciente jaja.
    Es un ejercicio de escritura super dificil, o al menos para mi, que nada mas me cuesta escribir en español puro y ordinario y tu lograste hacerlo pulcrisimamente, con el idioma mas "clasico" como dice el joven de arriba ;)
    Me encanto, la historia y la manera como la relataste... es muy lindo para mi, poderme meter en esos mundos que inventas en tu cabeza...
    Te amo.

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    1. te quiero, gracias por traer esos viejos recuerdos :)

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  4. www.letsgoflytogether.blogspot.com está super bueno, me encantó. :)

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    1. Puedo decir lo mismo de ti... Lucha, sueña y sobre todo, no dejes de sentir.. sin importar las lagrimas... la travesia esta cerca y espero que partas.

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  5. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  6. Que buen relato, te deja imaginar cosas y te deja con ganas de saber un poco mas...

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    1. gracias por tu visita, me alegra mucho que te hayas tomado este ratico, sigue visitandome ;)

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